
Una simpática brujita, Patri Zenner, acompañada de su lechuza Alba y el hada Melusina, recorrió los centros escolares en un vehículo de mimbre con aspecto medieval, un vehículo a pedales que tiene un arco del cual pende un caldero en el que constantemente se cuece la pócima de la ilusión, desprendiendo pompas de jabón que al explotar llevan a todos los presentes a un mundo de fantasía.